→ Uso de armas de fuego


La violencia escolar incluye todo tipo de agresividad y comportamientos antisociales. Es importante reconocer que este fenómeno es el resultado de la interacción entre el individuo, la familia y el contexto social, por lo general se tiende a culpar solo a la familia, minimizando la responsabilidad del resto de los involucrados. La violencia escolar se presenta como una forma de resolver conflictos interpersonales, sea entre alumnos, dando origen al fenómeno del bullying, entre profesores y alumnos, que suele estar enmascarada, o entre profesores. Los actos delictuales también caen dentro del concepto de violencia escolar, pero tienen una repercusión en la esfera judicial.
Que un joven decida emplear un arma de fuego para intimidar, usándola o no, a un compañero es un delito y como tal debe de castigarse, aunque es cierto que si se trata de un menos de edad y no resultan muertos del ataque, en nuestro país no se considera un delito grave. Así es como han quedado impunes muchos actos de violencia física que incluye armas de fuego.
El que un joven o un niño tengan acceso a un arma de fuego es alarmante, y es un evidente problema social. De ahí que el fenómeno sea resultado de la interacción del individuo con diversos contextos. Que alguien tan pequeño cargue un arma es peligroso, pero, significa que todo individuo sin importar estado mental ni edad puede portar un arma.
Las consecuencias, como hemos observado, de la violencia escolar son múltiples: se produce una vulneración de los derechos a temprana edad; los niños victimizados disfrutan menos de ir a la escuela, tienen menos amigos y encuentran menos utilidad en lo que aprenden; los comportamientos agresivos en la sala de clase dificultan el aprendizaje de los otros alumnos; finalmente, la violencia escolar constituye un factor de riesgo para el desarrollo de conductas violentas y otros comportamientos de riesgo en la edad adulta.

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