El acoso tiene la particularidad de que se fije en la mente de toda persona hostigada, creando una especie de amoldamiento, o creencia que no es precisamente propia, sino adoptada e impuesta. El objetivo principal del acoso es intimar a una persona y hacerle saber que se le consideraba inferior o diferente.
Esto no quiere decir que le sea, pero se le intima de tal manera que termina creyéndolo.
Toda víctima de acoso escolar experimenta miedo y rechazo al contexto en el que sufre la violencia, en este caso la escuela pierde la confianza en si mismo y en los demás, y presenta diversas dificultades como problemas de rendimiento, baja autoestima, entre otras. En dicho caso el contexto institucional en el que se produce la violencia ya no ofrece la seguridad que el abusado quisiera encontrar y termina por detestar el lugar, que en este caso son las aulas escolares, lo que reduce su calidad de vida.
Y algo que es peor, lo que probablemente inicio como un juego, se convierte en un problema grave, porque al no existir límites, el abusador adquiere fuerza con el paso del tiempo, lo que permite seguir abusando e, incluso, reinventar bromas que dejan de ser tal y se convierten en algo todavía más catastrófico.
Digamos, pues, que el bullying es un problema global, es como toparse con las dos caras de la moneda. Se trata de un efecto bola de nieve que si no se detiene a tiempo, puede crecer a tal punto en que es insostenible, y a su vez puede arrastrar a más personas a caer en ese círculo vicioso, por el simple hecho de fingir como espectadores.
Aquí tomemos en cuenta algo muy importante; una conducta se puede adquirir por medio de la observación. Entonces, si se forja un ambiente en el que son toleradas las burlas, los abusos de poder y las bromas pesadas, quienes tienen contacto con ese entorno desarrollan una conducta similar. Recordemos el dicho ”violencia genera violencia”.
El problema de acoso escolar es muy antiguo decíamos, en nuestro país ha existido siempre, desde que las escuelas son instituciones de enseñanza, lo que ha hecho la diferencia en los últimos años es que nos hemos vuelto tolerantes a ciertas conductas nocivas que han tenido como consecuencia la violencia. La inseguridad no solo se vive en las calles, llega a nuestros hogares, (o sale de ellos) y al igual que nuestros niños, se va directo a la escuela.
este ya lo habia visto
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